Ventajas de leer periódicos atrasados
Cada
día me gusta más leer periódicos de papel atrasados. Te dicen lo
cambiante que es la realidad y te ríes cuando compruebas que lo que se
decía hace poco hoy no tiene valor o ha quedado totalmente desfasado.
Cuanto más atrasados son, más te sorprendes de lo que podía haber sido y
no ha sido. Tengo muchos periódicos apilados en mi despacho y antes de
mandarlos al reciclaje les echo siempre un vistazo. El otro día, por
ejemplo, leí en un periódico de finales de mayo en la que un entrenador
decía: “Nos vamos a dejar el pellejo para no bajar al segunda”. El
equipo por lo visto no se dejó el pellejo porque hoy ese equipo no está
en primera división. Y en ese mismo periódico un candidato a la alcaldía
decía que iba a arrasar en las elecciones municipales. El partido de
ese político no sacó ni un mísero concejal. Las hemerotecas están llenas
de declaraciones y propósitos que no han llegado a nada, de noticias
que con el tiempo se han quedado en el éter de lo no sucedido.
En mi casa, cuando era niño, siempre
leíamos periódicos atrasados. El único que compraba el periódico en la
calle era Luis el panadero. A él acudíamos para que nos diera ejemplares
viejos de ‘Pueblo’ cuando mi madre quería blanquear la casa, cubrir
las tablas de la alacena o simplemente nos hacía falta como papel
higiénico. Mi madre cortaba las hojas de los periódicos en cuatro partes
(todas las páginas excepto las de las esquelas, porque estaba mal visto
que alguien se aseara el trasero con el nombre de un fallecido) y
las sujetaba en un gancho de alambre que se ponía al lado del retrete.
De alguna manera mi madre estaba convencida de que el mejor servicio que
le podía prestar a la humanidad un periódico pasaba por estar siempre
en el excusado. Fue así como nos enteramos de que se había muerto
Marilyn Monroe. El óbito de la actriz se había celebrado hacía seis
meses pero no nos enteramos hasta el momento en que mi tío salió del
retrete con el trozo del diario obsoleto en el que venía la noticia.
Leer noticias atrasadas tiene muchas
ventajas, te da otra perspectiva de la vida y te pone en el nivel
superior de la realidad porque sabes que aquello que pasó o que se dijo
ya no tiene nada que ver con lo que está pasando o se está diciendo. Por
eso estoy apilando periódicos estos días que están dedicando multitud
de páginas a las elecciones catalanas. Me voy a hinchar de reír cuando
las lea dentro de seis o siete meses.